Rostros de una desaparecida
El periodista y poeta Javier García Bustos, carga con una historia familiar de dolor, una herida que nunca cicatrizó. Su madre y su abuela escuchaban la radio esperando noticias de Sonia Bustos, que fue detenida por la DINA en septiembre de 1974. Esa imagen lo llevó al periodismo, y casi cinco décadas después, ese mismo impulso dio origen a Rostros de una desaparecida. La obra reconstruye la vida de su tía Sonia, militante del MIR, secuestrada a los treinta años cuando trabajaba en el casino de Investigaciones. El autor, rastreó su paso por Londres 38, José Domingo Cañas y Cuatro Álamos, hasta que el rastro se pierde en octubre del 74. Mediante un mosaico de testimonios, fotografías y documentos judiciales, crea un discurso contenido, que evita describir el horror de forma explícita, mostrando el vacío que deja la ausencia. El resultado es un poderoso relato sobre el trauma que se hereda y la memoria como un acto de justicia, que se vuelve esencial para entender cómo el trauma político atraviesa generaciones.